martes, 11 de junio de 2013

El superhéroe que ama a las mujeres

El superhéroe que ama a las mujeres


Una buena y rebelde mata de pelo. Un cuerpo esmirriado encerrado en los jirones de un traje rojo y unos calzoncillos blancos. Un capa floreada al viento. Y ¡zas! aquí está Supermaj, el Superman que salva a las egipcias de los acosadores que merodean por autobuses, calles o líneas de metro. ¿Sus superpoderes? Romper el tabú de la culpa que sepulta a las víctimas y demostrar que hay hombres que sí aman a las mujeres.
"Supermaj no fue una decisión muy meditada. Cuando sientes el acoso sexual alrededor de ti y escuchas historias de tu hermana, amiga o novia piensas en lo que puedes hacer. Y te dices ¿por qué no crear un superhéroe que defienda a las mujeres?", cuenta a ELMUNDO.es Ahmed Majluf, padre de la criatura.

Dicho y hecho. El dibujante inventó a Supermaj, una suerte de alter ego y un "tipo corriente" que quiere hacer algo para frenar la pesadilla. Su primera historieta nació en 2008 en las páginas del diario opositor 'Al Dustur'. Aquel año, en plena dictadura de Hosni Mubarak, el problema ya resultaba evidente. Aprovechando el gentío que llena las calles en las principales festividades musulmanas, se registraron brutales imágenes de persecución a mujeres.
Pese a los esfuerzos del aparato policial y los peces gordos del régimen por ocultar los incidentes, un estudio elaborado por el Centro Egipcio para los Derechos de las Mujeres desveló entonces que el 83% del millar de egipcias encuestadas había reconocido sufrir acoso sexual. Para la mitad de ellas, resultaba además una tortura diaria. El 62,4% de los hombres confesó que practicaban el acoso.
Lejos de enmudecer, la epidemia reapareció tras las revueltas que derrotaron al autócrata. A los comentarios obscenos, las miradas lascivas, los inoportunos roces o las llamadas telefónicas de desconocidos se sumaron los ataques y las violaciones -cuya autoría jamás ha sido esclarecida- a mujeres mientras se manifestaban en el perímetro revolucionario de Tahrir.
Un reciente estudio de ONU Mujeres sugiere que el 99,3% de las egipcias encuestadas reconocían haber sido blanco de acoso sexual. Los egipcios no se han cruzado de brazos: han creado un callejero interactivo que reúne los puntos más recurrentes de acoso en la capital y han surgido patrullas que vigilan la plaza en las jornadas de protestas, evitan asaltos o rescatan a las víctimas cuando son atacadas por la turba de hombres.

Las autoridades y sus nuevos inquilinos exhiben la misma apatía que antaño. Y ruidosos predicadores salafistas (rigoristas) como Abu Islam han sido claros al dejar caer el estigma sobre las víctimas: "Dicen que las mujeres son una línea roja. ¡Dicen que son una línea roja las mujeres desnudas que van a la plaza Tahrir porque quieren ser violadas!", lanzó el clérigo el pasado febrero desde su canal de televisión.
Así las cosas, Supermaj ha acudido a la llamada. El modesto superhéroe ha resucitado en la revista 'Tok Tok', una publicación de cómic para adultos surgida en las postrimerías del régimen pero impulsada por las primeras bocanadas de libertad. "Las historietas pueden ayudar a combatir el acoso. Quizás las chicas y los chicos se den cuenta de que ellos son los verdaderos héroes que deben luchar contra los abusos", apunta Majluf.
Supermaj es un superhéroe atípico porque busca ser prescindible, hacer un día un callado mutis por el foro. En las primeras entregas las acosadas le suplicaban auxilio y él acudía raudo a salvarlas. En las últimas aventuras, en cambio, las víctimas plantan cara solas a sus verdugos. Les delatan y denuncian. "Cada uno de nosotros es Supermaj. Todos tratamos de ser un héroe. Unas veces lo logramos, otras no", argumenta el dibujante, sorprendido aún por la repercusión de su hijo de papel. "Los comentarios han sido muy positivos. Especialmente de las mujeres que quieren sentir que la sociedad comprende su inquietud".
Si hace unos meses Supermaj lograba espantar a un extraño Santa Claus, su nueva aventura aborda el acoso a una joven que trata de abrirse camino en la animada vida política egipcia. "La conclusión -señala Majluf- es que no hacen falta superhéroes para luchar contra el acoso". Pero mientras los abusos sean un macabro juego de los días festivos, Supermaj -con más entrega que poderes sobrenaturales- tendrá una misión que cumplir. Una razón para existir.
Mi opinion: Mi opinion es que si los hombres de aquellos paises no acosaran tanto quizas no tendria que existir nadie para defender a las mujeres ademas para todo eso estan la fuerzas civiles para defender a los humanos

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